La casita de la playa

A Rodrigo se le puso que había que poner protecciones y así lo hizo: misión cumplida. Gracias por el esfuerzo y dedicación para hacer realidad este proyecto.

Aquí publico las fotos con todas las protecciones puestas. El papá se lesionó el cuello de tanto soldar y soldar, además de dar vueltas las ventanas, para que se puedan abrir hacia adentro y no hacia afuera como fue por 25 años, pero como pueden ver se ve preciosa.

Se acabaron las tapas, la oscuridad y la molestia de abrir una por una las ventanas y sólo las de los dormitorios que se necesitaba usar... ahora toda la casa está llena de luz.

Llegar a este resultado final significó un proceso que comenzó en septiembre de 2007 con la adquisición de un esquipo de soldar, además de todos los elementos de segurirad que se requieren para este tipo de labores... aún así, hubo una quemadura y un cuasi corte de brazo con un esmeril angular.

Pero, independientemente de esto, lo interesante es el aprendizaje que se obtuvo y cómo se fue optimizando el proceso de realizar las rejas y luego instalarlas... lo que en primera instancia fue un verdadero martirio, se transformó en una tarea bastante simple y rápida.

Que quede claro: esto no fue trabajo de una sola persona, sino de equipo. Diego aportó finiquitando las ventanas y aprendiendo a hacer cortes en ángulo. Alda pintó completas las 6 protecciones y otras tareas anexas, como la instalación de las mismas. Aquí tenemos a Candela descansando después del arduo trabajo.

Anteo, el hijo de la tierra, amigo nuestro y de Candela que nos acompaña a todas partes y que se ha acostumbrado a dormir en nuestra puerta... ahí lo tenemos tendido junto a una jardinera, que es otra tarea que hay que terminar... aún queda cemento, ripio y arena.

Más adelante habrá que reparar el frontis y luego meterle mano al interior de la casa. ¿Qué importa no ir a tomar el sol a la playa, tendidos boca arriba como lagartos? Lo que realmente vale la pena es ir y mantener esa casa en óptimas condiciones para que todos quienes vayan la disfruten y cada vez tengan menos de qué preocuparse.